Historia de rituales e hijos adoptivos

Soledad es hija de Tristeza y Destino. La única hija de ella y la hija mayor de él. Su padre conoció a Tristeza en un bar, ella venía a trabajar para su hermana mayor. Cargaba una mochila de desgracias y creyó encontrar un futuro maravilloso en Destino, pero se equivocaba. Al mes siguiente su novio estaba enamorado de otra y ella esperaba un hijo suyo, al menos prometió darle el apellido y hacerse cargo de la criatura. Su mamá nunca pudo recuperarse del todo y olvidaba sus desilusiones trabajando durante horas y horas. Para todos y todas Tristeza es la mejor secretaria que existe, pero Eternidad sabía que  su trabajo es una escapatoria del dolor.

Soledad cuenta con los dedos de las manos las ocasiones que compartió con su papá. Destino tiene tanto trabajo, muchos  hijos y demasiadas amantes, es complicado para él dedicarle el mismo tiempo a todas esas personas. Su padrino Pesimismo es lo más cercano que tiene a un padre presente, estuvo en cada capítulo de su vida y le regalo su primera cámara de fotos. De vez en cuando se juntan para repetir su ritual favorito: tomar chocolatada, comer vainillas y ver cine clásico. Destino pone excusas y Pesimismo saca  tiempo de donde puede, esa es la diferencia entre un buen y un mal padre.

No puede decir que tuvo una infancia plena. Cuando estaba con su padrino y sus abuelos era una niña, pero en su hogar era una adulta. Sentía que su depresiva madre era su responsabilidad, ella hacia todas las tareas de la casa y acompañaba a Tristeza al psiquiatra una vez por semana. Eternidad lo sabía y quiso contratar una empleada para que la ayude, pero Soledad no deseaba ser la carga de nadie. En su adolescencia trabajaba como niñera de sus primos pequeños. Con ese salario compraba el material necesario para su carrera universitaria, quería estudiar Licenciatura en artes audiovisuales  y era la más costosa de todas. Otro interés que tiene desde niña es la fotografía. Su primera cámara era analógica y en aquel curso que su padrino pagaba para ella era la menor del grupo. No le importaba, iba para aprender y no necesitaba amigos.

Su única y mejor amiga es Belleza. Ella es dos años mayor y el palacio era su segunda casa. Miedo, Confusión, Belleza y ella fueron los primeros nietos y cada espacio de la enorme residencia era suyo. Los varones eran huérfanos de madre, Belleza no tenía padres y ella era la hija de un padre ausente. Tenían mucho en común y se llevaban bien, a su manera armaron su propia familia. Pesimismo era el tío favorito de todos, era el único que dedicaba su preciado tiempo libre para jugar con ellos. Lo hacía por los chicos y por sí mismo, esos juegos eran el pasatiempo perfecto para olvidar sus problemas temporalmente. Se esforzaba por mostrarse alegre  frente a ellos porque conocía las historias de esas criaturas, las desgracias abundaban en sus cortas vidas. Belleza era huérfana y su tutor legal trabajaba todo el día, los dos varones fueron abandonados por su madre y el padre los ignoraba y Soledad era una adulta en miniatura porque su madre  pasaba la mayor parte de su tiempo trabajando o llorando en la cama. Para completar sus lamentables situaciones sufrían bullying en la escuela. Él había sido un niño triste y no quería que la historia se repitiera, inventaba mundos maravillosos para los cuatro.

La creatividad de su padrino fue una gran influencia en sus acciones futuras. Escribía, asistía a cursos de arte, tomaba fotos y creaba películas caseras con sus primos y primas. Esas actividades la liberaban, canalizaba el dolor, las frustraciones y las ausencias cuando las realizaba.

A los diecisiete años se mudó a la gran ciudad para empezar su amada carrera. Vivía en el departamento que Amor había comprado para sus hijos, sus primeros habitantes fueron Rutina y Deber. El edificio era antiguo y de estilo francés, no tenía ascensor pero eso era lo que menos importaba. Le gustaba su arquitectura, sus muebles y el balcón era muy bello y espacioso. Se sentía en paz por primera vez en su vida, podía vivir de verdad. Su madre tenía una empleada que la cuidaba muy bien, no debía preocuparse por ella todo el tiempo.

Actualmente vive en su propio departamento. Es docente en la facultad, guionista y trabaja en cine y en televisión. Al ser hija ilegítima se saltó el paso de abdicar. La realeza nunca le importo, ama a su familia pero no quiere cargar con sus responsabilidades. Bastante tuvo que soportar con la enfermedad de su madre.

Para evitar que la historia se repita Soledad va a terapia una vez por semana. Está casada con un músico que conoció en su época de estudiante. Se vieron por primera vez en un recital de Spinetta. Lito y ella tienen dos hermosas hijas, se llaman Ana y Laura porque ambos son fanáticos de Almendra. Pesimismo las adora y las  considera sus primeras nietas, las únicas que tiene hasta el momento.

Siguen haciendo el ritual de siempre cada vez que se ven: toman chocolatada, comen vainillas y ven cine clásico.

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